La fuga de Mercedes Luna
Con el valor de que los Luna se habían fincado cerca del camino real, y nadie les dijo nada, otras familias empezaron a hacer lo mismo. Más al sur de los Luna edifico su jacal Josiano Reynoso, Epigmenio Benítez y Lorenzo Sandoval; al norte Esteban Quintero, Ponciano Jiménez y Leobardo Ríos, de lo alto del Cerro de las Ventanas se bajaron los Rodríguez y del otro lado del Rio unas familias de apellido García.
Por las noches se alumbraban con pedazos de ocote o lumbradas en los patios, desde lo alto del cerro de las Ventanas se empezó a notar que iba creciendo un rancho, algo largo, no muy ancho, pero llevando el mismo nombre… “El Remolino”.
Aunque los Luna construyeron un pozo del que sacaban buena y abundante agua todo el año, Mercedes Luna, pretextando que no le gustaba el agua del pozo, todas las tardes, acompañada de Chagua, iban arroyo arriba a hacer un pocito entre las piedras y traer su agua en sendos cantaros. Tal vez en verdad no le gustaba el agua o tal vez era porque todas las tardes Anastasio Haro esperaba bajo un mezquite que ellas pasaran para saludarlas reverenciando su cabeza, tanto de ida como de venida, era todo, no se atrevía a dirigirle la palabra a aquella güerita de trenzas largas.
Aquella tarde Anastasio las diviso cuando venían, su corazón dio un vuelco, de verdad ¡como amaba a aquella chulada de mujer!, el tan valiente para otros menesteres, no entendía como no podía acercarse a la muchacha y siquiera decirle buenas tardes…
Cuando pasaron junto a él, Mercedes lanzo una carcajada por algo que le iba contando a su prima la “lerenda” y Chagua correspondió de la misma manera.
__Así es Chagua __Dijo Mercedes __ Pa estos mentados Juchipilas, los hombres son re collones, ni siquiera se atreven a decir buenas tardes, nomas parecen machos, pero de eso no tienen nada.
__Pos si Meche, pa macho mi Chimino, ese si es aventado no como otros __Al decir esto Chagua volteo a ver a Anastasio y volvió a reír fuertemente.
__Buenas tardes don Anastasio__ Saludo por primera vez Mercedes.
El hombre sintió que la tierra se le movía, supo de inmediato que aquella platica era por el, inconscientemente empezó a sudar, su respiración se agito y la vergüenza se le atraganto de tal modo que se le hizo un nudo en el gaznate y no pudo responder al saludo.
__Ya ves Chagua, ni responden siquiera, son re collones, pa allá onde vivíamos antes, si eran machos, se robaban a las muchachas a la juerza y ni quien les dijera nada__ (Nuevamente se escucharon las carcajadas).
Esa vez, con todo su orgullo destrozado y ganándole a la vergüenza, Anastasio Haro, jalando a su mula las empezó a seguir.
Las alcanzo cuando con jícara en mano, Mercedes limpiaba el pocito… estaba de espaldas, a pesar de sus naguas abajo del tobillo se notaban sus enormes caderas, Anastasio sintió un estremecimiento. Chagua dijo algo y mercedes volteo a donde Anastacio a unos metros embelezado la contemplaba.
__¿Que paso don Anastasio, se le ofrece algo? ¿Tiene sed? ¿Quiere poquita agua?
Ni siquiera Anastasio supo de donde saco el valor para decirle fuertemente.
__No, a la que quiero es a usted, y…y…y
__Y, ¿y qué? Ya parece ratón, y no me diga que me quiere pa su novia.
__Pos sí.
__No Anastasio, usted no sabe hacer las cosas, usted cree que mi tata nos deja andar de noviecitas, no mi alma, así no se hacen las cosas, mejor llegue y dígame que me viene a robar.
__¡A pos si!,
__Ándele, así es otro cantar. Ahora vera.
Mercedes se incorporo y agarrando su cántaro lo levanto arriba de su cabeza y luego lo dejo caer sobre las piedras en donde broto hecho tepalcate, luego ordenó.
__Arrime la mula pa acá y ayúdeme a treparme.
Por primera vez Anastasio sintió la estrechez de aquella cintura y casi en vilo subió a la muchacha hasta la silla de la mula, luego se trepó él y ella se recargó en su pecho al momento de abrazarlo, aquello era como ir al cielo. Chagua todo lo miraba emocionada y aplaudía por la intrepidez de su prima. Antes de partir Mercedes le ordenó.
__Mira Chagua, luego que nos vayamos, nos vas a dar un tiempecito, un buen ratito y luego vas a correr a la casa y vas a decir que Anastasio Haro me robo, que me subió a la fuerza y hasta se me quebró el cántaro, luego dices que me llevo arroyo arriba. Entiendes?
__Si…si… hay que romántico todo esto... __Y al decir eso, Chagua corrió arroyo abajo gritando __Mi prima se robo a Anastasio y le quebró el cántaro, se jueron arroyo arriba, mi prima…
__Espérate Chagua, espérate….todavía no!__ Pero la pasguata no hizo caso por lo que Mercedes ordenó de inmediato __Vámonos mi alma, y arrea la mula porque no quiero pensar que mis parientes nos encuentren antes de,,,, yo los conozco. Llévame a donde tu quieras, menos arroyo arriba.
Y al decir aquello, Anastasio espoleo a su mula y subió el talud del arroyo para llegar a una yunta recién sembrada que atravesaron a todo lo que daba la mula sin importarle el daño que le hacía a la milpa recién germinada para bajar luego al otro arrollo que bajaba del Moral, por un ratito corrió por ese Zanjón, pero antes de llegar al camino real, salió del cauce y siguió al sur hasta llegar a lo que la gente llamaba el arroyito blanco, que por la creciente que había tenido la noche anterior, hizo que la mula se atascara y se negara a pasar aquel lodazal. Anastasio la espueleaba y la fustigaba con la cuarta, hasta que entendió que tendrían que ir a rodear hasta el camino real, Pero antes de hacerlo Mercedes le dijo:
__Espérate Anastasio, espérate. Bájame, quiero descansar, mira, ven, ves esa huizachera, ahí lleva a tu mula y amárrala en donde quede escondida, luego ven, nosotros nos vamos a esconder en ese tacotal…. si, amarra tu mula y luego, llévame al tacotal…
Para cuando se oculto el sol y las sombras de la noche los rodearon, recostados sobre las faldas de Mercedes, amorosos se escuchaban en mitad de aquel tacotal, los besos y los suspiros. Finalmente ella recargada sobre el pecho del hombre le dijo amorosa.
__¿Me vas a cumplir Anastasio, ya me hiciste tu mujer, me vas a cumplir o me vas a devolver?.
__Como crees Meche, como tú dices, ya eres mi mujer y eso es para siempre.
__Entonces quiero que me hagas mi jacal a la orilla de este arroyito, poquito más para allá, a un ladito del camino real.
__Pos yo había pensado que nos fuéramos pa Moyahua, aquí nos van a encontrar re fácil,
__No te apures, pa estas horas han de estar todos enmuinados, pero ya resignados porque ya saben que ha pasado, lo que ha pasado, y aunque el coraje les puede durar toda la vida, ya no me arrebatan de tu lado, es más grande la vergüenza de tener a una mujer pasiada en la casa, aunque no te extrañe que te busquen pleito onde quiera que te encuentren, pero venirte a buscar, de eso no tengas pendiente.
__Como tú quieras Meche, como tú quieras, si aquí quieres tu jacal, aquí mesmo te lo hago.
Mercedes tenía razón, en aquel momento don José María Luna y sus parientes varones, volvían muy molestos después de buscar a Mercedes por varias horas.
Una vez más cuestionaron a Chagua.
__Tonces pa onde ganaron Rosaura!
__Pos ya les dije, arroyo arriba.
__Pos no había gueyas de la mula!
__Pos ya les dije que se jue volando
__Tas bien lerenda, y luego ¿pues que no ibas pa cuidarla? ¿Como se la robo?
__Pos yo que le cuidaba, y a luego la que se lo robo a él jue ella.
__No digas pendejadas.
__Ma, pos pa que me preguntan pues
__Esto no se queda asi__ Dijo Gumaro Luna__ En donde quera que me encuentre a es hijo de su Juchipila madre, le sonrajo un machetazo,,,, ¡ya dije, ya dije!…
A los pocos días, Atanasio, su padre don Gorgonio, y sus hermanos Placido, Tiburcio y Atenójenes, levantaron aquel par de jacales a la orilla del Arroyito Blanco, en donde harían su morada los dos tortolitos. Ya los andaban techando cuando escucharon un grito lleno de bravura, a unos cuantos metros de ellos, Gumaro Luna , machete en mano, exigía la presencia de Anastasio para matarse como los meros machos. Se notaba que iba alcoholizado y eso presagiaba que no entendería razones. Aun así don Gorgonio quiso meter paz, pero Gumaro no iba a escuchar palabras, iba a matarse con Anastasio. Mercedes también quiso intervenir queriendo convencer a su primo que se fuera, pero la contestación de Gumaro aludiendo que se callara piruja hija de su tal por cual... hizo que Anastasio también agarrara su machete y enfrentara al borracho,,, Nunca un Haro se había rajado de un reto de esa índole, eso lo sabia su padre, eso lo sabían sus hermanos y por nada del mundo ninguno de ellos participaría en su defensa.
Cuando estuvieron frente a frente, Gumaro se desamarro el paliacate que traía amarrado a su cuello y enredando fuertemente una punta en el dedo índice de la mano que le quedaba libre, le ofreció la otra punta a su rival.
__Si de verdad eres macho Anastasio, agárrate de este paño, si te sueltas es que no eres hombre y si juyes, ni quien te siga, pero no vas a tener derecho de esa mujer, ¡ella es mucha hembra para ti!...
En ese momento Mercedes entendió muchas cosas, el porque la cuidaba tanto su primo, el porque tanto celo con cuanto muchacho le hablaba, el porque lo escucho llorar muchas veces a un lado del jacal donde ella dormía.
__Deme pa acá ese paliacate pues__ Dijo Anastasio muy serio__ y que sea lo que Dios quiera amigo… pero por esta mujer, con cualquiera, con cualquiera me rajo el alma.
Bravo Sr. escritor!! Por fin regresó junto con su novela. Aunque debería darnos un pequeño resumen de lo que sucedió en los capítulos anteriores. O acaso piensa que a estas edades los lectores como yo nos acordamos de todo? Y bonita forma de concluir este capítulo....dejando al lector con tremendas ganas de saber que va a suceder entre Gumaro y Anastacio. Me recuerda a esas largas esperas semanales del cuento de KALIMAN.
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